Contaminación del aire
Los humanos cada día ensuciamos más el aire, ya sea con anhídrido sulfuroso o los óxidos de nitrógenos, estos últimos son los responsables de la lluvia ácida. También contaminamos con los gases que retienen calor en la atmósfera (el bióxido de carbono), debido especialmente a la quema de combustible de origen fósil (petróleo y sus derivados) y los árboles convertidos en leña combustible. Esto, unido a la devastación de los bosques que controlaban el CO2, acelera la contaminación de modo alarmante. El metano que se desprende de arrozales, ciénagas y desechos de animales es también un gran contaminante. Las fuentes principales de producción de anhídrido sulfuroso y de bióxido de carbono son las centrales termoeléctricas, los vehículos de motor (automóviles y aviones) y los productos de la combustión que salen por las chimeneas de las industrias. Una de las ciudades más contaminada es México D.F. por ser un valle en el cual se acumulan los gases que hemos mencionado.
El aire no solamente se contamina por los agentes antes señalados, sino por la acción de otros, tales como las sustancias químicas elaboradas por el hombre, específicamente los clorofluorocarburos (presente en las latas a presión que se venden en supermercados) que al ascender a la atmósfera da-an la capa de ozono.
La capa de ozono es una banda de gas que se convierte en una barrera que impide que los rayos ultravioletas del sol lleguen a la superficie de la tierra. Pero esta capa es vulnerable a gases como el cloro y el bromo, que la destruyen. Tales gases están contenidos en neveras y acondicionadores de aire (por el gas freón que se utiliza en sus sistemas de enfriamiento), extintores, congeladores, fumigadores de tierra, almacenes de víveres, frigoríficos.
Se ha comprobado que cada átomo de cloro es capaz de eliminar 100.000 moléculas de ozono, por lo que actualmente se ha producido un debilitamiento en la capa de ozono, que se conoce como agujeros de ozono en la Antártida, mientras que en el hemisferio septentrional ya se aprecia una reducción de este gas. La llegada de más rayos ultravioletas a la superficie de la tierra hace que la exposición por mucho tiempo al sol se convierta en un riesgo de contraer enfermedades como el cáncer de piel (con mayor peligrosidad para las personas muy blancas), además de afecciones oculares.
Otro desequilibrio de la atmósfera que afecta al mundo entero es el conocido como "efecto de invernadero", que no es más que el tamiz formado por gases (Bióxido de Carbono), que permiten el paso de algunos rayos solares a la tierra e impiden el retorno al espacio de parte de su calor. Si aumenta el volumen de los gases de invernadero en la atmósfera, existe el peligro de que puedan provocar un recalentamiento del globo, lo que traería cambios en el clima y en el medio ambiente.
A partir de la década de los ochenta, se está observando que las modificaciones en las capas de gas que rodean a la tierra, son causantes de la alteración de la pluviosidad; por ejemplo, son causales de sequías en algunos lugares y excesos de lluvias en otros. Otro problema que se presenta en este desequilibrio sería la elevación de la temperatura mundial con lo que se derretirían parte de los casquetes polares y subirían los niveles del mar; esto provocaría inundaciones en las bajas orillas continentales (hasta la ciudad de Panamá podría verse afectada por estar a sólo 4 metros sobre el nivel del mar); por otra parte, el cambio de clima causaría la extinción de especies animales y vegetales, al modificarse o desaparecer su hábitat natural.
No podemos olvidar que las sequías tornarían la tierra reseca e improductiva y harían desaparecer muchos ríos y lagos, con la consiguiente pérdida de cosechas, vidas y hogares. De aumentarse el nivel del mar, desaparecerían por completo algunas islas como las Maldivas, localizadas en el Océano Indico y las que circundan la Comarca de San Blas por mencionar algunas de las catástrofes nacionales entre las mundiales.

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